FUENTE-TÓJAR, mi pueblo, es un pueblito vetusto, blanco, cobijado entre montañas y alcores de la Subbética. Pero, ¿sabía usted que los primeros paleolíticos hispanos ya hicieron acto de presencia en Fuente-Tójar, en donde dejaron parte de su utillaje?; ¿sabía usted que el cronista romano Plinio menciona como una de las grandes ciudades romanas a Sucalelo, topónimo que hasta el momento sólo ha aparecido en Fuente-Tójar?; ¿sabía usted que Fuente-Tójar se halla en la ladera de uno de los poblados más extensos correspondientes al inicio de la Metalurgia Hispana fechado en el milenio III antes de Cristo?; ¿sabía usted que la única espada de bronce con nervio central de época Argárica (1800 a. C.) expuesta en el Museo Arqueológico Nacional procede de Fuente-Tójar?; ¿sabía usted que el perímetro, el grosor y factura de las murallas tartésicas de Fuente-Tójar son punto de referencia cuando se estudia la Protohistoria española?; ¿sabía usted que la primera necrópolis ibérica excavada en España fue la de Fuente-Tójar y cuyos materiales enriquecen museos como el Provincial de Córdoba?; ¿sabía usted que en Fuente-Tójar se descubrió el primer santuario ibérico de España?; ¿sabía usted que la ciudad íbero-romana de Iliturgicola abarcaba una extensión intramuros de unas 20 hectáreas, según se puede observar hoy en día, y que su demarcación comprendía, como poco, la de los actuales municipios de Almedinilla y Priego de Córdoba?; ¿sabía usted que Fuente-Tójar estuvo muy vinculada con los emperadores Trajano, Adriano y Antonino Pío, según consta en diversas inscripciones honoríficas romanas?; ¿sabía usted que en Fuente-Tójar se encuentra el molino de aceite más grande de Europa de Época Romana?; ¿sabía usted que el aceite tojeño se exportaba a diversos puntos del Imperio Romano?; ¿sabía usted que en la Antigüedad existió una vasta vía que partiendo desde la capital de la Bética, en primer término, o desde la capital de al-Ándalus, después, tenía por destino Almería, una vez que cruzaba Granada en cuyo trayecto se hallaba Iliturgicola o al-´ayn Túsar qarya, es decir, la aldea de la fuente de Tójar, descrita por el mejor geógrafo medieval, el ceutí al-Idrísí?; ¿sabía usted que probablemente capiteles de Iliturgicola se pudieron emplear en el embellecimiento de la Mezquita de Córdoba?; ¿sabía usted que en Fuente-Tójar ha aparecido un tesorillo con 1.500 dirhems con epígrafes de los más  importantes califas andalusíes, tesoro que fue ocultado tras la muerte de Almanzor y el comienzo de la fitna?; ¿sabía usted que la arqueología de Fuente-Tójar ya era célebre en el siglo XVI, según consta en la “Historia de España” que Lorenzo de Padilla le dedica al Emperador Carlos V?; ¿sabía usted que en la Iglesia Parroquial de Fuente-Tójar se hallan uno de los primeros retablos barrocos realizados por Francisco de Pedrajas, varias imágenes de la Escuela Granadina y un lienzo de Antonio del Castillo?; ¿sabía usted que en Fuente-Tójar, en la festividad de San Isidro se baila cada año una danza de adoración prerromana que obtuvo en 1963 el Primer Premio Nacional de danzas antiguas y cuya indumentaria ha representado a España en las Américas en diferentes ocasiones con motivo de exposiciones de trajes típicos regionales?; ¿sabía usted que “el poeta ejemplar del amor, del dolor y del exilio”, Luis Cernuda, nació en 1902 en la calle Conde de Tójar número 6, según consta en la placa existente en la fachada de su casa solariega en Sevilla?; ¿sabía usted que en Fuente-Tójar nació Antonio García Cano, uno de los más insignes escritores costumbristas actuales, autor, entre otras obras de “Tierras de rastrojos”?; ¿sabía usted que don Niceto Alcalá Zamora estuvo muy vinculado a Fuente-Tójar, que aquí pasaba largo tiempo cuando llegaba desde Madrid y que desde la oficina de telégrafos de Fuente-Tójar, con motivo de formar gobierno, envió el curioso texto “Ni cito, ni Ceda, ni cedo, Niceto”?; ¿sabía usted que el Museo Histórico Municipal de Fuente-Tójar fue pionero en la provincia de Córdoba en contar con una Guía de Museos?; ¿sabía usted que en Fuente-Tójar se creó la actual Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba, una de las pocas asociaciones, quizá la única, de esta índole existente a nivel mundial?; ¿sabía usted...? Bueno, a tenor de las preguntas formuladas, Fuente-Tójar es una pura incógnita.  

 

LOA A FUENTE-TÓJAR, PUEBLO DONDE NACÍ.

 

(Fernando Leiva Briones, Cronista Oficial de Fuente-Tójar)

                                                                      Tengo un pueblo chiquito,

                                                 Tójar se llama,

                                                 cuando de allí salgo

                                                 me dejo el alma.

                                                         .....

       Fuente-Tójar, fuiste en tiempos remotos paso obligado de gentes, culturas, religiones y mercancías que, procedentes de las costas malagueña o granadina, se adentraron en el Valle del Guadalquivir o al contrario. En Época Romana, sabía el transeúnte que a mitad de camino entre Corduba (Córdoba) e Iliberri (Granada) existía un municipium, Iliturgicola, en donde se alzaban robustas murallas protegiendo a magistrados, a trabajadores, a ricas mansiones y a edificios y plazas públicas con estatuas y pedestales honoríficos. En tu suelo, en suntuosos mausoleos se enterraron a nobles guerreros túrdulo-bastetanos y a aristócratas itálicos. Aquí se bebió el vino al estilo griego y se elaboró aceite para medicina, para el consumo indígena, para alumbrar en el Más Allá y para la exportación. Y cuando los habitantes de esta vieja ciudad la fueron abandonando paulatinamente, algún patricio colocó la primera piedra en lo que andando el tiempo se convertiría en una aldea de nombre desconocido, donde se mezclaron la sangre goda, primero, y árabe, después. En este último periodo, tú, la qaria Tuxar-al-Ayn, serviste como lugar de descanso a pasajeros, que desde Córdoba se dirigían a Granada o Almería, o desde Granada o Almería a Córdoba, ¡qué más da! Y cuando la Cruz te ganó para su causa, otras gentes, fusionándose con las tuyas, te dieron nueva savia. Tu aislamiento posterior fue causa de que conserves viejas tradiciones y danzas.

       Es Fuente-Tójar un pequeño municipio subbético con serpenteantes calles de desigual anchura y casas blancas escalonadas en sus empinadas cuestas que desembocan, cuando no en el campo, en recónditas plazuelas. Esta peculiar orografía, el que se disponga en bastantes casos de terreno sobrado y el gusto de sus habitantes hace que muchas viviendas parezcan auténticas villas bucólicas donde, en sus patios interiores o en terrazas delanteras, viven en armoniosa simbiosis plantas y animales.

       Si quieres, lector/a, te acompaño... Mira, podemos visitar la Plaza de la Fuente, la de la Solana, la Plaza de España... o podemos deambular por el Barrio Bajo, la Escaleruela, la calle Enmedio, Tras Cortijos, Conde de Tóxar, el Calvario, calle Huertos... Si quieres podemos degustar magdalenas o empanadillas recién hechas o pan calentito con aceite amargosillo en alguna de las almazaras del pueblo o, si prefieres, podemos tomarnos una tapita de embutidos artesanos o, si lo deseas, llegarnos a cualquier taberna y libar una copita acompañada con aceitunas caseras o alcaparrones o algún que otro aperitivo. Pero si lo que te interesa es la cultura, podemos ir al Museo Histórico Local (en donde se exhiben materiales de épocas pasadas y presentes) y a la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, en donde podremos contemplar inscripciones en su cúpula, pinturas murales en sus arcos, retablos e imágenes barrocos y lienzos del más puro estilo.

       Si vinieras por la festividad de los Santos y Difuntos, llamaría tu atención viendo las cerrajas de las puertas tapadas con gachas para que no entrasen los fantasmas. Si por Santa Lucía, danzarías junto a las hogueras. Si en Navidad, verías comparsas de chiquillos cantando por las calles. Si el Miércoles de Ceniza, avistarías a gentes atando al Diablo. Si por San José, seguro que querrías ir a La Mesa de merendica con los romeros. Si por Semana Santa, serías un acompañante más en las procesiones. Si por la Feria Real, verías el baile dionisíaco de los Danzantes de San Isidro. Y si llegaras en verano, te divertirías en las fiestas de La Cubertilla y en la de La Alcaparra. Mas si quisieras salir por el término, elige tú mismo la estación. Si es en primavera, te deleitarán el quebrado campo multicolor y los trinos de los ruiseñores, colorines, perdices y chamarines, y el vuelo de las mariposillas, cernícalos, cuclillos y vegetas, y el trepar de la saltarina comadreja, y el sabor de los hinojos, de las habas frescas, de los espárragos negros con gotitas de miel, de las cerezas y del apio silvestre, y el olor de la menta, de los lirios, de la retama, del tomillo, del romero y del mastranzo. Si llegases durante el estío, te sorprenderán el canto de la tórtola y del triguero, y el alcaudón cazando, y las plumas en abanico de la abubilla, y los galápagos, ranas y patos zambulléndose. Y comeríamos brevas frescas por la mañana, mazorcas asadas al mediodía, y almendras, manzanas blancas, pepinos, tomates y duraznos por la tarde. Y beberíamos agua medicinal en La Cubertilla. Y si tuviéramos suerte de hallar la Luna llena veríamos conejos, liebres, zorros y tejones, y oiríamos el canto del mochuelo y el siseo de la lechuza, o si no, contemplaríamos las constelaciones celestes. Si nos viésemos en otoño, tú mismo descubrirías cómo la aceituna verde iba tomando un color marmóreo. Y te llevaría a contemplar los álamos del río de Todos Aires, el Tajo Cacho, la Fuente de la Rana, El Jardín, Los Barrancos, El Tesorillo y el Barranco de la Bruja y te contaría su leyenda y... y oirías a los petirrojos, a los aguaquíes, a las cañaveras. Y comeríamos granadas, higos pasos, majoletas, membrillos y nueces. Pero si te apeteciera llegar en invierno, veríamos a la gente cogiendo aceitunas o calentándose los días de frío junto a una fogata. Y te llevaría a visitar el poblado calcolítico de La Mesa, a que meditaras junto a las murallas ciclópeas de Las Cabezas, a que pasearas por sus calles talladas en la roca, a que descansaras en algunos de los alzados de sus casas próximas a donde se levantó la estatua de Trajano y a que descubrieras sus cisternas y graneros. Y verías el molino aceitero de El Lucerico, y te asombrarías ante el complejo hidráulico de villa Consuelo y... En fin... decide tú. Te estoy esperando.

                      Texto: Fernando Leiva.  

 

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